Este asombroso titular
resume algunas conclusiones que se están alcanzando en el mundo de la epigenética,
una ciencia que estudia cambios en la expresión de los genes y que no tienen su
origen en el ADN. Como la explicación de este fenómeno es bastante complejo intentaré
explicarlo de la forma más sencilla posible, haciendo hincapié sobre todo en cómo
se puede ver afectado el estado de salud futuro de los hijos, en función de la
alimentación que llevaron sus padres durante su gestación.
Los antecedentes de
estos estudios comenzaron durante el último año de la II Guerra Mundial.
Holanda vivió una de las mayores hambrunas ocurridas en un país moderno y
desarrollado. Aquellas mujeres que estaban embarazadas durante la hambruna
dieron a luz niños que como promedio presentaron bajo peso, los cuales durante
su vida adulta desarrollaron con mayor frecuencia problemas como diabetes,
hipertensión arterial, obesidad o enfermedad cardiovascular. Pero lo más
sorprendente es que los hijos de éstos, que también fueron estudiados,
igualmente nacieron con bajo peso con respecto a la media, presentando los
mismos problemas de salud que ya sufrieron los padres -aunque ligeramente
atenuados-. Esto apoya la hipótesis de que las madres embarazadas durante la hambruna sufrieron cambios epigenéticos.
Curiosamente, la lista de descubrimientos asociados a este trágico episodio
histórico no acaba aquí. Por ejemplo, también se observó que aquellas
embarazadas que pasaron su segundo trimestre de embarazo durante la hambruna
tuvieron hijos que con mayor frecuencia presentaban personalidad esquizotípica,
problemas neurológicos y esquizofrenia,
lo que apoya la teoría del neurodesarrollo en la génesis de esta última
enfermedad. Otros estudios más recientes en modelos animales están apoyando
estos hallazgos. Pero además, un estudio publicado el año pasado en la revista Nature mostró en un modelo animal cómo
la alimentación de los padres afectaba de igual forma al estado de salud futuro
de sus hijos.
Después de esto nos
podemos hacer una idea de la importancia de los hábitos de la madre durante el
embarazo, y de la trascendencia de su dieta en la salud futura del niño que
gesta.
La conclusión de este
artículo no es otra que la importancia de llevar una alimentación controlada,
equilibrada y saludable, tanto por el padre como por la madre, antes y durante
el embarazo, con el fin de de asegurar que el feto tenga constantemente todos
los nutrientes necesarios para desarrollarse de la manera más idónea posible.
Para terminar os
adjunto este video que espero os aclare algo más sobre la epigenética y cómo la
alimentación puede modificar nuestra información genética.
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